Qué son los tóxicos ambientales
Los tóxicos ambientales son sustancias químicas que se encuentran en el aire, el agua o el suelo, y que pueden afectar a nuestra salud. En el caso de la Sensibilidad Química Múltiple (SQM), la exposición incluso a niveles muy bajos puede provocar síntomas intensos, desde dolor de cabeza y mareos, hasta fatiga extrema o problemas respiratorios.
En el aire que respiramos cada día, tanto en entornos urbanos como en interiores, podemos encontrar:
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Compuestos Orgánicos Volátiles (COVs) → vapores de pinturas, barnices, disolventes, ambientadores y productos de limpieza.
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Gases de combustión → emisiones de tráfico, humo de tabaco, chimeneas o estufas.
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Partículas en suspensión (PM10 y PM2.5) → polvo, polen, cenizas.
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Aerosoles irritantes → insecticidas, sprays desinfectantes, perfumes.
Por qué la SQM aumenta la sensibilidad a estos tóxicos
La Sensibilidad Química Múltiple es una condición en la que el organismo reacciona de manera desproporcionada a la presencia de ciertos químicos ambientales. Aunque todavía se investiga su origen exacto, se sabe que existe una hiperreactividad del sistema nervioso y/o inmunológico. Esto significa que lo que para la mayoría de personas pasa desapercibido, para quien tiene SQM puede desencadenar una reacción inmediata y prolongada.
Ejemplo real: para una persona con SQM, caminar por una calle recién asfaltada o entrar en una oficina con ambientador puede provocar síntomas que duren horas o incluso días.
Cómo reducir la exposición a tóxicos ambientales
La mejor protección es la prevención. Algunos hábitos que ayudan a reducir el impacto son:
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Ventilar en horas de menor contaminación, como primeras horas de la mañana o después de la lluvia.
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Evitar el uso de productos con fragancias o disolventes en espacios cerrados.
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Usar purificadores de aire con filtro HEPA.
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Protegerse con mascarillas adecuadas en zonas de tráfico, aglomeraciones o entornos con olores químicos.
Mascarillas para SQM: qué debes buscar
No todas las mascarillas filtran lo mismo:
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Las FFP2 y FFP3 filtran partículas muy pequeñas, pero no absorben vapores químicos ni gases.
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Para SQM, lo más recomendable es una mascarilla con filtración combinada:
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Filtro P3 para partículas y polvo fino.
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Carbón activo para absorber compuestos orgánicos volátiles, olores y gases.
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💡 Consejo: Las semi-máscaras reutilizables con filtros intercambiables suelen ofrecer mejor sellado, mayor duración y un nivel de protección más alto frente a tóxicos ambientales.
En resumen...
Vivir con SQM no significa renunciar a salir o estar en ciertos entornos. Conocer los principales tóxicos ambientales, evitar las fuentes de exposición y utilizar mascarillas con filtro de carbón activo puede marcar una gran diferencia en tu día a día.
Respirar aire más limpio es posible.
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